Me refugio
en la noche, con los ojos heridos,
para
encontrarme con los sueños cansados,
un dolor sordo hiere el alma, mientras un
frio,
extraño
recorre mis sentidos.
Ya nada
espero, nada quiero, solo quedar en ti,
tal vez como
un fugaz recuerdo o quizás en el olvido.
El corazón
ascenderá al más triste despertar, supo sentir,
el amor más
puro, sumido en un pesar, por tu ceguera,
que no supo
entender, que tu persona fue mi oración,
y tus
palabras mi castigo, mientras mis ojos lloraron y lloraron,
por tus
desvaríos.
Corazón
lleno de aristas, sumamente dolorido es el tuyo,
también el
mío, como tantos otros que se sintieron,
pajarillos
heridos, existe siempre una esperanza,
un camino,
un nuevo
amanecer, retomemos el vuelo, abriendo los ojos,
y dándole a
la vida sentido.
Abracémosla
y lancémosle un canto, que termine con tanto…desatino.
Mª José Ferrer González
.® Reservado todos los derechos de su autor
Siempre hay un nuevo amanecer .....
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